CARTA QUE TODO CRISTIANO DEBE LEER
Hermanos y Hermanas.
Quienes crecimos en familias profesantes de la
religión cristiana, sean cuales fueren las organizaciones en sí: Catolicismo
Romano, Cristianismo Evangélico, Adventistas del Séptimo Día, Mormones,
Pentecostales, Creciendo en Gracia, Testigos de Jehová, etc. Muchas de estas
enseñanzas son que Jesucristo es el Cristo que padeció en la cruz, hace cerca
de dos mil años; que es el prometido en el llamado Antiguo Testamento, que
fundó la religión cristiana, que es la segunda persona de la Trinidad Divina;
que es Dios, que fue rechazado por los judíos, y que conquistó los corazones de
millones de personas en los siglos que siguieron a los apóstoles, bautizándose
en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, para ser hijos de Dios.
En la medida que ahondamos en el conocimiento de las
escrituras, vemos que comienzan a aparecer diferencias entre Jesucristo, y el
Mesías Hebreo que padeció en el madero: Yahshua. Las iconografías, símbolos,
prejuicios, y la cultura grecorromana, nos han influido para sistemáticamente
aceptar ciertas doctrinas, y rechazar otras.
La misma base de las buenas nuevas de la redención,
han sido alteradas desde los primeros siglos, enseñándose y aceptándose que el
Cristo padeció un Viernes Santo, y resucitó en Domingo. Esto es imposible que
tuviera lugar, puesto que al menos Yahshua (Jesús), el enviado e Hijo de Yahweh
(Jehová), dijo claro que debía estar en el corazón de la tierra (muerto)
durante tres días y tres noches; y estos son literales, es decir 72 horas. Por
ello padeció en miércoles, el día 14 del mes Primero.
Si Jesucristo estuvo dos noches muerto, falleciendo
en viernes para resucitar en domingo ¿Cómo es que él dijo que estaría tres días
y tres noches en el corazón de la tierra, así como el profeta Jonás? ¿Si la
base de la fe, son la buenas nuevas de la redención, y a su vez se basan en la
muerte y resurrección del Mesías, quién resucitó según lo planificado por
Elohim (Dios), cómo se puede enseñar una doctrina diferente?
Tras ver el origen de las fechas de la Semana Santa
Cristiana, vemos que dicho Viernes Santo coincide con primer viernes, luna
llena siguiente al equinoccio de primavera, esto es, está en función del culto
al Sol, no en función de la escritura. La Deidad Solar Mitras, cuyo culto imperaba
en los primeros dos siglos luego del Mesías, era común en el Imperio Romano,
quien se dice resucitó en domingo. Mr. 16:9 dice otra cosa si cambiamos de
lugar la coma, según las traducciones, pues nos dice que resucitado, el primer
día de la semana apareció a Miryam de Magdala.
En realidad Yahshua había resucitado el día
anterior, es decir, al finalizar el Shabat, solo que las mujeres reposaron
conforme al mandamiento, y fueron a la tumba el domingo. Suele decirse que no
importa cual día consideremos que resucitó el Mesías.
Si creemos en un Mesías que murió y resucitó en
tiempos diferentes, estamos procurando quebrantar la escritura (y no puede
serlo), y creyendo en una falsa resurrección, pues de la resurrección del Mesías
depende el rescate, tal cual ya comentamos. Si Yahshua dijo que debía estar
tres días y tres noches muerto (en el corazón de la tierra), y enseñamos que
muere en viernes, para resucitar en domingo, le ponemos por mentiroso, pues ya
no son tres días y tres noches.
Y estos tres días y tres noches, son un testimonio
que Elohim da al hombre, así como dio testimonio dejando tres días y tres
noches a Yônâh en el vientre del pez gigante: (Mateo 12:40): “Porque así como
tres días y tres noches estuvo Jonás en el vientre de un pez grande, también
tres días y tres noches estará el Hijo de Hombre en el corazón de la tierra.”
Veamos que dijo quien hizo oficial el cambio de la
fecha, Constantino:
…Nos ha parecido a todos que sería algo indigno
guardar esta tradición de la más alta solemnidad, siguiendo la costumbre de
aquellos judíos inmundos y miserables, quienes habiendo manchado sus manos con
tan horrible crimen, están además totalmente ciegos en sus mentes.
Es correcto entonces que, rechazando las prácticas
de ese pueblo, nosotros perpetuemos a todas las futuras generaciones, la
celebración de este rito en un orden más legítimo y así no tengamos nada en
común con esa chusma de judíos… como es necesario entonces, debemos enmendar
esto para no tener nada compartido con las costumbre de aquellos parricidas y
asesinos de nuestro Señor; por lo tanto, como la forma más apropiada ha sido
establecida por todas las Iglesias occidentales también como por las norteñas y
sureñas y algunas orientales, ha sido decidido que esto sea así y yo mismo me
he prometido que este arreglo tenga vuestra aprobación, o sea, que la costumbre
que prevalezca esté en armonía con la de la ciudad de Roma y a través de todas…
y así no tener ningún tipo de relaciones con estos judíos perjuros… (Eusebio, “Life of
Constantino” 3:18,19. Grand rapids, Michigan, 1979).
Es decir, la institucionalización de la fecha fue
decretada por un emperador romano, pues le pareció que no podía observarse la
fecha según la forma que ordena la Torah (Ley). Aquel individuo tenía total
autoridad en materia religiosa en el mundo pagano. Estos cambios ignoran el
testimonio del Creador, y respecto de lo cual se nos dice en la Escritura:
(Romanos 3:4): “Sea Elohim verdadero y todo hombre
mentiroso” Es decir, si aún toda la humanidad dijera una cosa, y Elohim otra,
con toda certeza miente la humanidad, pues Elohim no miente.
Y así aparecen otras discrepancias, en la medida que
analizamos a Jesús, cotejándolo con el Yahshua hebreo: Se nos enseñó que Jesús
es una traducción, o una forma en español, o transliteración para referirnos al
Mesías hebreo. Vemos que Iesous en griego es una mala transliteración del
nombre hebreo, resultando en una deformación. Yahshua significa Yahweh [es]
liberación/salvación. Iesous no significa esto; de hecho en español, Jesús, al
ser oído en hebreo se entiende como: "Miren un caballo" (Je: He
aquí/Miren; Sus: Caballo, corcel, golondrina), esto puede ser corroborado en el
diccionario de concordancia: #1.887, y #5.483.
Desde las copias en griego, se sustituyó el nombre
qôdesh por la palabra kurios, es decir, el título Señor. Todo esto se justifica
diciendo que es lo mismo, o que no se sabe cuál es exactamente su nombre. Si
usted es católico o pentecostal, sabrá que en sus congregaciones se enseña que
“Dios” hace milagros mediante la Virgen, los Santos, la transubstanciación del
pan y el vino, y lanza a personas metros hacia atrás de los pastores, cuando
estos dan un manotazo; o bien se dice que cura a las personas. Ante tanto
prodigio ¿No revelaría su nombre a sus hijos, máxime siendo un mandamiento
expreso de él mismo?
(Joel 2.32): “Todo el que invoque el nombre de
Yahweh será rescatado.”
¿Cómo puede el Creador estar obrando prodigios y
milagros tan grandes, si se han olvidado de nombre de Él, y aún han cambiado el
concepto, creando así una Trinidad u otras variantes? El Salmo 44 habla que
Elohim reclama haberse olvidado de su nombre, con todo lo que ello implica.
Inclusive, supuestamente, a Joseph Smith se le
aparecieron el Padre y el Hijo mismo (el Padre jamás puede ser visto) ¿Cómo no
enseñó a restaurar su nombre, para así poder invocarle? Si usted es mormón o
adventista, sabrá que su congregación cuenta supuestamente con gran cantidad de
revelaciones. La Torah nos da testimonio del Ángel de Elohim apareciendo a los
hombres (de allí que veían a Elohim mismo, pues el nombre del Creador estaba en
dicho ángel).
La Escritura dice que el Creador tiene un nombre, ya
que Elohim y muchos otros son títulos, no el Nombre; y que este nombre no puede
ser cambiado; que ese nombre sería su memorial para siempre (Exodo 3:14-15).
Tampoco se enseña que sea una Trinidad de tres en uno, y que el Mesías sea la
segunda persona de dicha Trinidad. Yahshua mismo enseña que su Padre es el
único Elohim verdadero (Juan 17:3); siendo el que llaman Espíritu Santo, la
rûaj/el espíritu de Elohim, pero no una persona diferente. Cuando nos referimos
al espíritu de una persona humana, en ninguna manera lo hacemos a una persona
diferente dentro de un mismo ser, sino que es el aliento vital, o la fuerza que
moviliza dicha persona, y que imprime su carácter y proceder en el entorno,
movilizando sus obras, pensamientos y corazón. Lo mismo es con Elohim, solo que
este es el Espíritu Santo.
Estar ante, o en este poder, es estar ante Elohim
mismo, pues es él actuando en su creación (II Corintios 3:17). Inclusive la
palabra Dios está tomada directamente del griego, y es genitivo y nombre
personal de Zeus. Cuando digo dios, estoy diciendo “de Zeus”; así por ejemplo
Castor y Pólux en griego se los llama los Dioskuri ¿Cómo puede ser el Creador
de Zeus?
¿Cómo puede usarse un genitivo de Zeus, y decir que
no se sabe cual es el nombre del Creador, como a menudo se argumenta? Inclusive
el mismo Catolicismo Romano, y el judaísmo bajo la prohibición rabínica de
pronunciar el nombre, admiten que el Creador tiene un nombre propio, pero no lo
usan, cuando es mandamiento expreso hacerlo como ya vimos. El judaísmo en gran
medida ha caído también en el uso de estos términos como el mencionado Dios, y
otros.
Según el cristianismo, evangelio es una palabra
correcta para hacer referencia a las buenas nuevas, pues eso proviene del
griego evangelion, y significa también buena nueva, anuncio. Apóstol es una
palabra correcta para hacer referencia a un emisario, pues eso proviene del
griego apóstolos, y significa también enviado, delegado.
Iglesia es una palabra correcta para hacer
referencia a una congregación, pues eso proviene del griego ekklesia, y
significa también congregación, asamblea. Siguiendo ese razonamiento, entonces:
“¿Dios es una palabra correcta para hacer referencia a un Elohim/poderoso
(incluyendo al Creador), pues eso proviene del griego dios (de Zeus), y
significa también poderoso?”
No significa poderoso, sino que es de Zeus, y ese es
el nombre de la deidad pagana: Júpiter (Iovis Pater) para los romanos. Vemos
así que llegamos a una conclusión enteramente blasfema.
La Navidad, celebrada el 25 de diciembre, no
conmemora el nacimiento de Yahshua; es más, ningún creyente del siglo I festejó
nunca el nacimiento de Yahshua, menos aún un 25 de diciembre, fecha en la cual
el mundo pagano hacía celebración del nacimiento del Sol ¿Cómo puede decirse
que el Mesías verdadero nació en el mismo día que el Sol, en el solsticio de
invierno? El cambio del día de precepto del sábado al domingo, también tiene
que ver con la alteración de estos tiempos, pues en domingo es cuando se convocaban
para el culto al Sol en el Imperio Romano.
¿Qué sucedió entonces: Hubo una conversión genuina
de parte del Imperio Romano al Mesías de Elohim, o sencillamente formaron una
nueva religión, despojándose de todo lo hebreo, y acomodando todo a una nueva
forma de culto con base en el mismo paganismo?
Las evidencias muestran esto último fue lo que
aconteció.
Como se puede apreciar, tanto la Semana Santa, como
el culto en Domingo (Latín: Dominicus ; Inglés: SunDay ), así también como la
Navidad, son fechas que no tienen nada que ver con la Torah, al menos en el
marco de la sana doctrina. Seguramente usted a leer esto se le cruza por el
pensamiento decir judaizante. Aun hasta el concepto de judaizar está cambiado.
El término aparece en la carta de Pablo a los gálatas, cuando éste reprende a
Pedro en Antioquía. En aquella instancia se apartaba de compartir con los
gentiles, cuando llegaron partidarios de la circuncisión.
Esta gente de la circuncisión predicaba que para ser
salvo había que circuncidarse, poniéndole condiciones a la salvación, y ese es
el objeto de la carta de Pablo a los gálatas: Reprender a quienes pensaban que
la justicia era por las obras de la Torah, pues por las obras de la Torah nadie
será justificado, aunque sea la norma de vida y creencia para el pueblo de
Elohim, sino que la justicia es solo por la fe. Al apartarse Pedro, en su
simulación, daba el siguiente mensaje a los gentiles:
Si no se circuncidan no podemos comer juntos. Sin
embargo esto no es lo que nos anuncia la buena nueva de la redención en el Mesías,
donde se nos dice que tanto naturales como gentiles somos uno en Yahshua.
Además la disposición de no comer con gente de las naciones es una prescripción
rabínica, no un mandamiento de la Torah. No obstante todo esto, hoy en día se
usa el término judaizar/judaizante, al hacer cosas en común con los judíos y
que son de la Torah, como guardar el sábado.
En ese caso aún el creer en el Mesías y guardar
cualquier mandamiento de la Torah es entonces judaizar y “caer de la gracia”,
como se suele llamar en el cristianismo, por tanto debiéramos apartarnos de
toda la fe hebrea.
Al hacer esto los mandatarios religiosos fueron
inculcando apartarse de la Torah, y es el misterio del que habla Pablo a los
tesalonicenses cuando dice: Está en acción el misterio de la separación de la Torah
(ilegalismo: Sin ley), dicho en griego como anomia, y significa sin ley.
Precisamente todo esto de lo que hablamos es separarse de la Torah. Pero la Torah
es lo que define el pecado, por tanto si enseñamos a separarnos de la Torah,
estamos enseñando a pecar.
¿Qué eres
entonces si guardas el día del Sol (domingo)? ¿Paganizante?
Es evidente que el espíritu antisemita ha influido
en esta definición de lo que es judaizar. Es cierto también que la sana
doctrina proviene de los Judíos ¿Es el Creador Judío? No, no lo es; pero se
reveló primeramente a ellos, y luego las buenas nuevas fueron a las naciones;
donde tras la necesidad de los poderosos romanos de lograr la unidad religiosa,
produjeron sincretismos en las doctrinas en una nueva religión, de manera que
fuera asimilable por las muchedumbres de las naciones.
Las doctrinas fueron armadas en función de una común
aceptación de parte de las masas de individuos acostumbrados a vivir en el
paganismo. La persecución fue reemplazada por la sustitución, surgiendo así el
Cristianismo, o la Religión Católica. Nunca se dijo que Yahshua daría origen a
una nueva religión; sino que vino a completar una, en todo caso. La expresión
hacerse seguidor del Mesías (mesiánico, como se les llamó en Antioquía) no
implica cambiar de religión para los judíos, sino aceptar al Mesías como
rescate, creer en él; pero ellos no dejan de ser judíos.
Tampoco nosotros dejamos de ser gentiles según la
carne, sino que somos injertados en el olivo natural, siendo desgajados del
silvestre por el poder de Elohim; participando de la misma sabía que los
yisraelitas naturales, por tanto no hay un Israel y una Iglesia Cristiana, sino
que todos son Israel, la asamblea de Yahshua.
No hay religión nueva, sino integración de dos
pueblos en uno; siendo este pueblo, el natural, el olivo de huerto (Romanos 11),
donde se han injertado ramas silvestres (gentiles). La Escritura no dice que un
olivo silvestre sería tomado como pueblo, ni que el olivo de huerto sería
reemplazado por un equivalente silvestre.
En otras palabras, los gentiles injertados, somos
Israelitas, injertados contra nuestra condición natural de gentiles, y ahora
somos conciudadanos de los santos, y pueblo de Elohim. No hay un pueblo de
Elohim por un lado, y una Iglesia Cristiana por otro, como suele afirmarse;
sino que todos somos pueblo de Elohim, unos naturales y otros tomados de las
naciones e injertados, pero ahora somos todos ciudadanos de la nación de
Israel.
¿Podemos
confiar en las versiones de las escrituras?
La verdad es que la escritura es inspirada, pero en
ninguna manera debe suponerse que lo son las distintas traducciones y
versiones. Existen diferencias substanciales en diferentes versiones, aún en
pasajes completos, que en unas versiones están y en otras no; y esto se debe a
que también los manuscritos disponibles son copias de copias de los originales,
en distintas lengua, y difieren entre si desde detalles que no alteran los
significados, hasta en pasajes completos.
Suele decirse que las versiones tal como están
dadas, no alteran las doctrinas fundamentales. Deberíamos preguntar a los
teólogos que esto afirman, que entienden ellos como doctrinas fundamentales. La
Trinidad es una doctrina fundamental en el Cristianismo, sin embargo no hay
pasaje que la respalde, como ellos mismos lo reconocen.
A esto hay que agregarle que en la traducción, la
misma palabra en
griego, hebreo o arameo es traducida de diferente
manera por los traductores, haciendo que la interpretación subsecuente sea
diferente. Otra de las cosas sucedidas es la sustitución del nombre del Creador
por Señor, en vez del Nombre. En las copias más tempranas de la Septuaginta (versión en
griego de los escritos hebreos) se escribían las cuatro letras del nombre. El
quitar el nombre propio del Creador, también influyó en las copias de los
escritos en griego de los emisarios; lo notamos en las citas que se hacen en
dichos escritos, y que son de los escritos más antiguos (llamado Antiguo
Testamento por el Cristianismo, y Tanak por los hebreos).
Desde el griego se transliteró el nombre del Mesías
como Iesous, y finalmente en español e inglés Jesús. En hebreo Jesús significa:
¡Miren/He aquí! [Un] caballo, no Yahweh [es]
liberación/salvación. Pasajes como Mateo 28:19, y I Juan 5:7, están añadidos:
(Mt. 28:19) (RV60): “Por tanto, id, y haced
discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo.”
Los emisarios/apóstoles jamás bautizaron de esa
manera, sino que lo hacían en el nombre de Yahshua (Hechos 2:38); lo cual
indica que esa fórmula fue añadida. De hecho las Buenas Nuevas del Mateo en
hebreo de Shem Tob, no tiene el pasaje. (I Juan 5:7): “Porque tres son los que
dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos
tres son uno.”
Este pasaje es una añadidura a la escritura, pues no
se encuentra en los manuscritos más antiguos.
Y así sucesivamente, alteraciones claras y directas,
así como muy sutiles, tal el caso de I Timoteo 4:1: (I Timoteo 4:1): “Pero el
Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la
fe…”
La palabra postreros que es último, no expresa lo
que la palabra griega quiere decirnos, que es justeros, la cual designa
próximos, por venir, que viene, y no necesariamente postreros o últimos, la
cual más específicamente es esjatos.
Usted dirá ¿Cuál es el problema, siguientes o
últimos, no hay apostasía al fin?
Efectivamente, solo que si digo apostasía para el
final, deberíamos suponer que durante los primeros siglos a los delegados
(siglos I, II, y III), no hubo caída de la sana doctrina, sino que es de
esperarse en estos últimos tiempos. Sin embargo la traducción correcta, nos
muestra la realidad, y respecto de lo cual nos hablaron los mismos emisarios:
Luego de la partida de ellos (próximos tiempos, no últimos), se infiltraron
lobos rapaces que no perdonaron al rebaño ¿Quiénes fueron estos lobos? Fueron
filósofos cuya fe tenía raíz en conceptos paganos, y dejando de lado la raíz
hebrea de la fe, introdujeron otras formas para interpretar la escritura,
llevando a la caída de la sana doctrina y produciendo una religión sustituta.
El abandono de todo lo que tuviera algo de fe hebrea
tuvo mucho que ver ¿Podrían ellos tener la misma doctrina con base en los
hebreos? ¡De ninguna manera! Además los poderosos romanos se consideraban
representantes de la deidad en la tierra, por tanto tenían (según ellos) el
poder de cambiar las doctrinas, o lo que creyeran necesario para lograr no la
verdad (o sí, según ellos), pues ésta no se puede alterar, sino la unidad
religiosa del imperio.
Muchos cristianos citan a los Padres de la Iglesia
o, o a escritos primitivos, en apología a sus doctrinas, suponiendo que dan luz
sobre los escritos inspirados. La escritura es clara en cuanto a edificarse
sobre el fundamento de los apóstoles, profetas y Yahshua mismo (Efesios 2:20).
Hacer lo contrario, esto es, procurar interpretar la escritura en base a lo que
dijeron los hombres luego de la muerte de los apóstoles (Cristianismo
Primitivo: Siglos II al IV), sería no obedecer estas premisas, y muy peligroso,
considerando que los lobos rapaces se introdujeron ni bien partieron los apóstoles,
tal cual nos lo dicen muy claro (Hechos 20:29).
El Protestantismo conserva hoy en día la misma base
de la fe profesada por Roma. Aquel que sea llevado a la verdad, irá al siglo I,
al fundamento de los emisarios, los profetas, y de Yahshua mismo, la palabra de
Elohim; lo cual implica cambios más de base. Si alguno edifica sobre bases
incorrectas, entonces lo que no sirve se quemará (I Corintios 3:15).
En resumidas cuentas, la nueva religión formada por
el mundo pagano, dejó atrás la verdad, argumentando un cambio de pacto, y se le
sumó una actitud de rechazo hacia todo lo judío. El término Antiguo Testamento
y Nuevo Testamento, sugieren que hay algo pasado, viejo, que ya no está en
vigencia; y nuevo, sugiere que es lo que está en vigencia, y es actual. Esto
también trae aparejado que se considere a los mandamientos de la Torah como
abolidos.
No hubo tal abolición, sino un cambio de la
mediación/sacerdocio, donde se levanta uno según el orden de Melquisedec. Sin
duda el pretexto del pacto abolido, fue la excusa para dejar ciertas
prescripciones que resultan cien por ciento aplicables; y no solo eso,
reemplazarlas por prácticas paganas, como el domingo como día de precepto, el
culto solar en general, Navidad, Semana Santa, la Trinidad Divina, la Reina del
Cielo, etc.
Gracias por leer.
"Todo aquel que invoque el nombre de Yahweh será
rescatado... "(Yo'el/joel2:32)
Si alguien tiene oídos, que oiga.
(Revelaci6n/Ap13:9)