¿Cómo se formó el
canon israelita?
Si embargo, no
parece que YHVH haya seguido siempre la misma vía. Podemos hacer este elenco de
signos que nos indican la acción inspiradora de YHVH:
- En ocasiones, cuando se tratara de un profeta que daba ya signos de
hablar en nombre de Elohim, el hecho de redactar sus oráculos o instrucciones
por escrito constituía ya un criterio suficiente.
- Otras veces encontramos declaraciones proféticas que
atestiguan el origen divino de obras anteriores.
- A veces Elohim parece seguir una vía más lenta y en parte indirecta: orientar
la piedad judía hacia la veneración de un determinado libro cuyo carácter
divino acaba así siendo reconocido.
- Cabe también mencionar, aunque se trate de algo meramente
indirecto, la permisión por parte de la providencia divina de que se
pierda un determinado libro, con lo que resulta patente su no
sacralidad.
En los tiempos de Mashíaj
encontramos ya un canon judío claramente formado. En realidad encontramos dos,
o más exactamente dos versiones del mismo:
- La versión palestinense. Esta versión del canon la atestiguan el escritor fariseo Flavio
Josefo (hacia el 95 d.C.) y el apócrifo IV Libro de Esdras.
Según F. Josefo (Contra Apionem, 1,8) el canon judío no contiene más de 22
libros, cifra convencional que se corresponde al alefato, y se obtiene
considerando como un libro único los 2 de Samuel, los 2 de Reyes, los 2 de
Crónicas, Esdras y Nehemías, y uniendo Rut a Jueces, y Lamentaciones a
Jeremías; cronológicamente se cierra el canon con Artajerjes
(424 a.C.), ya que cesa entonces el profetismo; como criterios
objetivos reconoce la inspiración divina y la santidad de los libros,
en oposición a la literatura profana. El apócrifo IV de Esdras
presenta la misma lista.
- La versión alejandrina. En oposición al canon de 22 libros, llamado palestinense, los
judíos de la diáspora alejandrina tenían un canon más amplio en que se
incluían también los llamados libros deuterocanónicos:
Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, 1 y 2 Macabeos.
Cómo se llega a
esta diversidad de cánones en el judaísmo del s. I de nuestra era, no ha
recibido aún una explicación satisfactoria: la hipótesis más generalizada
supone que en un principio existía para todos los judíos un único canon
precisamente el amplio que en tiempos recientes y por influencia restrictiva de
la secta farisea, se habría abreviado en Palestina excluyendo los
deuterocanónicos; F. Josefo sería el representante de esta tendencia
restrictiva.
El hecho es que,
en tiempo de Mashíaj había en el judaísmo desorientación respecto de la
lista de los libros inspirados de la religión israelita: 1) mientras los
saduceos no admitían más que el Pentateuco, 2) el fariseísmo y el
judaísmo palestiniano en general, limitaba el ámbito del canon a 22
libros; 3) en la diáspora alejandrina se creía en la inspiración
de los libros de la lista más amplia; 4) en Qumrán parece
que tenían por inspirados sus propios libros y que no consideraban aún cerrada
la revelación, a la espera de alguna nueva y definitiva manifestación de Yahvé
Una decisión
oficial no se dio en el judaísmo hasta el famoso Sínodo de Yamnia (Yabne) por
los años 95-100. El canon elaborado en este Sínodo era el breve de Palestina y
contenía los siguientes libros:
- La Ley, con los 5 libros del Pentateuco;
- Los Profetas, subdivididos en dos secciones: Profetas Anteriores: Jos, Jueces,
1-2 Rey; y Profetas Posteriores: Is, Jer, Ez, Os, Joel, Am, Abd, Jon,
Mich, Nah, Hab, Ag, Zach. Mal;
- Hagiógrafos o Escritos
sagrados: Ps, Prv, Job, Cant,
Ruth, Lam, Eccl, Est, Dan, Esd, Neh y 1-2 Cron;
- En total 39 libros.
Estos libros fueron denominados en terminología cristiana,
que data de Sixto de Siena (1569) protocanónicos o del primer
canon, para distinguirlos de los restantes del segundo canon o deuterocanónicos.
Según algunos, en
la exclusión del canon judío de los denominados deuterocanónicos influyó que no
estaban escritos en Hebreo (la lengua que habla Elohim); así como, aquellas
obras que hacían más insistencia en el aspecto sacerdotal o al Templo, pues
este había sido destruido y con él, también sacerdocio judío.
Recordemos que los miembros del concilio de Yamnia (Yabne) eran sobre todo
fariseos.
Shalom alejem